El envío de correos semanales es una de las mejores formas que hemos pensado para mantenernos en contacto con las personas con las que compartimos ideas y formas de trabajo.
La idea de los correos comenzó como una propuesta para recopilar lo que nos pasaba semana a semana. Lo importante de la idea fue que minutos después de que se nos ocurrió ya estábamos contando anécdotas, destacando los puntos que nos importaba compartir, definiendo la frecuencia, etc. Es decir, aterrizando.
Las ideas deben ser ideas por un par de horas. La transición de las ideas a un plan de acción debe ser inmediato. Es la única forma de avanzar.
A veces nos dejamos enamorar por ideas sin saber exactamente qué significan o hacia donde van a llegar. No hay nada mejor que agarrar un papel y escribir los pasos que se necesitan para hacer nuestra idea realidad. Sólo así podemos adoptarla o desecharla.