Esta semana en Infocus Consultores hemos reflexionado sobre el crecimiento. Es un tema que da para mucho pensar. Nosotros mismos hemos crecido en los últimos diez años junto a un buen número de empresas y de empresarios. También hemos visto empresas que crecen demasiado rápido y que terminan contrayéndose después de un tiempo.
En la naturaleza todo tiene su tiempo. Una planta que logra germinar necesita cuidados exhaustivos. Un árbol maduro, en cambio, puede resistir un incendio. Estas mismas reglas aplican para las empresas. Es antinatural forzar el ritmo de crecimiento y algunas veces es difícil de controlar..
El ritmo de crecimiento está sujeto a muchos factores: personas, mercado, capital, antecedentes, etc. Un crecimiento demasiado cuidadoso también resulta nocivo: hay giros muy nobles que otorgan un crecimiento continuo y negarnos a crecer sería igual a negarle a una planta que aumente su estatura mes tras mes.
¿Cuál es el ritmo adecuado? Eso depende de cada negocio y del sazón de sus directores. ¿Cuál crees que sea el ritmo adecuado?