No hay horarios. Te duermes pensando en lo que haces, pasas noches sin dormir soñando lo que sigue.

Lo sabes. Si donde estas ahora dudas si te gusta o no, no hay duda, no te gusta.

Hablas de eso todo el tiempo, investigas y pruebas cosas nuevas, te arriesgas más y la piensas menos.

Contagias a los que te rodean, te compran las ideas sin venderlas.

No ocupas motivación. Cada pequeño logro te hace sentir pasos gigantes, aunque a veces la subida esté pesada no piensas en eso, piensas en lo fregón que te vas a sentir cuando llegues al siguiente objetivo.

Se nota. Lo sabes tú y lo saben los que te rodean porque ellos platican de ti de eso con otras personas.

¿Haces lo que te gusta?

¿Qué más pasa cuando sabes lo que te gusta?

Diviértete
Poncho Mendoza

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