O como sentirse más grande

Ha habido caídas, fuertes. He perdido gente, he perdido dinero y he perdido oportunidades. Cada una de esas caídas me ha servido para entender mejor mi negocio y afinar la puntería. También me han servido para reflexionar sobre mi propio negocio y entender que los alcances los defino yo mismo.

Antes solía compararme con otras consultoras locales, revisaba sus estrategias y veía sus campañas. Le dedicaba horas a entender sus caminos y a pensar en sus clientes. Pero esa visión me estaba conteniendo en una burbuja que responde a problemas específicos y a clientes puntuales.

Para compararnos con otros negocios es importante revisar quien lo está haciendo mejor en el mundo. En mi caso como consultor, a quien debo mirar es a Bain y a KPMG, las dos consultoras más grandes del mundo, también a Price Waterhaouse & Cooper y Deloitte. No puedo concentrarme en aprender de quien está en el mismo camino que yo, es necesario mirar a aquellos que tienen más experiencia, mejor equipo y éxito en sus estrategias.

Es común que, cuando te compares con los grandes, alguien te diga: pero tu no eres fulanito. La realidad es que si nos comparamos con los más grandes jamás seremos como ellos. No se trata de vivir fuera de nuestra realidad, hay que tener nuestros alcances bien claro; sin embargo la única forma de construir en términos futuros es seguir los pasos de quienes ya recorrieron un camino similar al nuestro.

Si no entrenamos a nuestra mente a pensar en grande dificilmente desarrollaremos las estrategias necesarias para ser grandes. Sin importar que nuestro negocio sea un carrito de hotdogs, tenemos que forzarnos a pensar como los más grandes. Incluso los negocios multimillonarios comenzaron desde cero.

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