Cuando empecé Infocus Consultores tenía 25 años. Mis dos primeros colaboradores, que hoy siguen trabajando conmigo tenían la misma edad. En un principio no todos nos tomaban en serio. Podía sentir como nos juzgaban. Palabras como: son muy chicos o apenas están aprendiendo, eran comunes. Aún así hubo gente que confió en nosotros, que reconoció nuestro potencial y nuestras habilidades y que no le tuvo miedo a nuestra edad.

Éramos jóvenes, sí, pero teníamos varios años de experiencia consultando. En esa etapa aprendí mucho sobre como ganar credibilidad y seguir creciendo, aunque hubiera gente que no nos tomara tan en serio.

Preocúpate por tu imagen. Demasiado joven o demasiado grande la imagen es una parte fundamental para que otras personas nos den el lugar que merecemos. Si en ese entonces hubiera llegado en jeans o playera no hubiera dado la imagen correcta hacia las empresas. Reflejarnos de una manera seria y profesional puede ayudar a mitigar nuestra edad. Ya sea que trabajes en una empresa o estés empezando un negocio. Tu imagen debe reflejar responsabilidad.

Seguridad. Debes estar seguro de lo que sabes y admitir lo que todavía no dominas. La sinceridad y la seguridad son fundamentales para crecer aprendiendo y no ser soberbio. La juventud no es un sinónimo de ignorancia. Si estás en una posición donde duden de tu edad muéstrate sincero con tus conocimientos y seguro de ti mismo, pero admite que aún queda mucho que aprender.

Trabaja el doble. La mejor forma de mostrar que la edad no es un impedimento es con resultados. Si tienes menos de treinta y necesitas ganar experiencia, trabaja el doble. De esa forma no sólo vas a probar que puedes hacerlo sino que cuando tengas treinta vas a tener el doble de experiencia que quienes están compitiendo contigo.

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